La Dedicación de la Basílica de Letrán (9 de noviembre)

Jn 2,13-22 : No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre

Jn 2,13-22

Como se acercaba la fiesta de la Pascua de los judíos, Jesús fue a Jerusalén; y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los que tenían puestos donde cambiar el dinero. Al ver aquello, Jesús hizo un látigo con unas cuerdas y los echó a todos del templo, junto con las ovejas y los bueyes. Arrojó al suelo las monedas de los cambistas y les volcó las mesas. A los vendedores de palomas les dijo: – ¡Sacad eso de aquí! ¡No convirtáis en un mercado la casa de mi Padre!- Sus discípulos recordaron entonces la Escritura que dice: – Me consumirá el celo por tu casa.- Los judíos le preguntaron: – ¿Qué prueba nos das de que tienes autoridad para actuar así?- Jesús les contestó: – Destruid este templo y en tres días lo levantaré.- Le dijeron los judíos: – Cuarenta y seis años tardaron en construir este templo, ¿y tú vas a levantarlo en tres días?- Pero el templo al que Jesús se refería era su propio cuerpo. Por eso, cuando resucitó, sus discípulos se acordaron de lo que había dicho y creyeron en la Escritura y en las palabras de Jesús.

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