Lc 20,27-38 : Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos

Lc 20,27-38 : Dios no es Dios de muertos, sino de vivos, pues para él todos están vivos
Lucas 15, 1-32 : Habrá alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta
Juán 1,45-51: Ahí tenéis a un israelita de verdad, en quien no hay engaño
Jn 12,24-26: A quien me sirva, el Padre le premiará.
Mateo 16,13-19: Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los cielos
Lucas 5, 1-11: Dejándolo todo, lo siguieron
Lucas 10,1-9: La mies es abundante y los obreros pocos.
Mt 10,16-23: No seréis vosotros los que habléis, sino el Espíritu de vuestro Padre